Bizcocho básico para tartas

Forrar la base de un molde de 22 a 24 cm de diámetro con un papel de horno y cortar el papel sobrante.

Untar el molde con mantequilla. Agregar un poco de harina al fondo del molde y sacudirla para que quede impregnada y repartida haciendo una fina capa. Así, ya tendremos a punto el molde.

Separar las claras y las yemas de los huevos en dos cuencos.

En el cuenco de las claras, añadir una pizca de sal.

Batir las claras hasta que se vuelvan blancas.

Cuando estén blanqueadas, añadir la mitad del azúcar. Batir más hasta que las claras estén en el punto de nieve. Reservar el cuenco de las claras.

En el cuenco de las yemas, añadir el azúcar restante, el agua, el aceite, el zumo del medio limón y la ralladura de limón. Batir bien durante unos 3 minutos. Reservar el cuenco.

Por otro lado, coger el plato con la harina y añadir la levadura química. Remover.

Con un tamiz o colador, tamizar la mezcla de harina y levadura y añadirla al cuenco reservado de las yemas.

Batir hasta que se integre.

Precalentar el horno a 160°C arriba y abajo.

Agregar, poco a poco, las claras a la mezcla e ir removiendo con la ayuda de una espátula, haciendo movimientos envolventes, hasta que esté todo integrado. (Sobre todo, no mezclar con la batidora de mano eléctrica). Después, verter la mezcla final en el molde. Darle tres golpecitos verticales contra la mesa para que se asiente y evite formar burbujas.

Hornear a 160°C arriba y abajo durante aproximadamente 55 minutos.

Pasados 50 minutos, pinchar en medio con un palillo, para comprobar si está cocido. Si sale limpio, significa que está listo. De lo contrario, cocer más, y realizar el control en intervalos de 5 minutos hasta que quede cocido.

Sacarlo del horno vigilando de no quemarse y despegarlo primero de las paredes del molde, y sacar el molde.

¡Listo!